Las aceitunas en conserva resultan una de las delicias de la cocina mediterránea.
Como en nuestra zona, además de la vid y las plantas aromáticas, también se da el olivo, aprovechamos la temporada otoñal para hacer un experimento en nuestro laboratorio poniendo en conserva algunas aceitunas. La propuesta (y también las aceitunas) vino de parte de Fernando, muy entendido en estos temas agroalimentarios.
Cuando las aceitunas se ponen en remojo en una disolución de sosa (NaOH), ésta reacciona con la oleopeurina, sustancia responsable del amargor de las aceitunas neutralizándola. Después hay que eliminar muy bien los restos de la sosa cambiando varias veces el agua, pues como es sabido, la sosa es caústica, es decir quema.
Seguidamente, se les añade el aliño deseado. En nuestro caso probamos con dos aliños diferentes. Uno fue el caldo de las berenjenas de Almagro, gustosamente cedido por la madre de Sonia y el otro, fue preparado por Fernando. Consistía éste, en plantas aromáticas como la morquera, ajo, limón, sal, laurel y aceite.
Las dos variedades gustaron mucho. Fueron vistas y no vistas el día de la cata.
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Fernando añadiendo el aliño |
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Aceitunas aliñadas con plantas aromáticas |
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Aceitunas aliñadas con el guiso de las berenjenas de Almagro |
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Alumnos colaborando en los recreos |
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Resultado obtenido |
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Jose Luis, profesor de Educación Física probando las aceitunas |
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Pilar, profesora de Lengua probando las aceitunas |
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Nuria, nuestra jefa de estudios degustando las aceitunas |
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Dominga, nuestra conserje degustando las aceitunas |
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Conserjes, profesoras y alumnos catando las aceitunas |
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Alumnos colaboradores |